En 1929 se fundaba el Archivo Museo Folklórico de Ripoll, que se instaló en el desván de la antigua iglesia de Sant Pere y fue el primero de Cataluña dedicado a la etnografía. A lo largo de setenta años y de forma ininterrumpida recogió, conservar, estudiar y difundir el patrimonio de nuestras tierras.
El resultado es el Museo Etnográfico que, después de 10 años de readaptación, abre otra vez las puertas para seguir preservando y enriqueciendo su fondo y volver a mostrar ese legado, que nos ayuda a entender una sociedad una sociedad a partir de un patrimonio material e inmaterial, del que destacan las colecciones de los pastores, los oficios, la religiosidad popular, destacando la fragua catalana y el hierro forjado y las armas de fuego portátiles, testigos del pasado reciente y la identidad de un territorio y de una forma de vivir y de sentir.